jueves, 18 de junio de 2009

El Circo de Goriz

Absorto, observando el Circo de Goriz... podría pasarme horas mirando este circo y haciéndole fotos. Fotografía realizada por: Raquel (2009).

Es como un valle de cuento de hadas. Lo tiene todo. Verdes praderas, un río que lo recorre, pequeñas y no tan pequeñas cascadas por doquier, flores de mil colores, imponentes paredes de roca y la posibilidad de poder admirarlo desde lo alto, permitiendo, con su pequeño tamaño y su situación, que la imaginación te lleve de viaje a un mundo de fantasía…

Situado a los pies del Monte Perdido, en su cara sur, se encuentra el Circo de Goriz…

Vista del Circo de Goriz que tenía en la foto de arriba. Fotografía realizada por: Lt (2009)

Circo de Goriz visto desde el camino que sube al Refugio de Goriz. Fotografía realizada por: Lt (2009)

El Circo, abajo, a mi espalda. La tarde estaba gris, pero la belleza de este paraje brilla con luz propia. Fotografía realizada por: Lt (2007)

Flores del Circo. Fotografías realizadas por: Lt (2007)

Fotografía realizada por: Adolfo (2007)

miércoles, 17 de junio de 2009

Ando Fotografiando...

Fotografía realizada por: Lt (2007)

Desde que nací, la fotografía ha estado presente en mi vida de la mano de mi padre. Hoy en día, ¿quien no tiene una cámara digital, aunque sea de las pequeñas?, pero por aquel entonces, hace ya más de 30 años, no era tan normal.
Toda mi vida le he visto hacer fotos e inconscientemente, simplemente fijándome, asombrado en muchos casos de lo que él era capaz de hacer, fuí aprendiendo técnicas, detalles, matices, hasta que un buen día me pregunté ¿y que se verá a través de esa ventanita?


Me asomé para descubrir todo un mundo maravilloso que tiene la característica de permanecer siempre igual de maravilloso, imperturbable, mágico... Y ese mundo me enganchó. Me gusta pensar que me convertí en "cazador de momentos mágicos".

Al igual que en la montaña, no soy un experto de la fotografía ni tengo conocimientos técnicos más allá de lo que mi padre me contaba y de lo que he ido experimentando. Jamás he dado un curso de fotografía aunque he leído algún que otro artículo técnico. Sólo busco capturar la belleza de lo que veo y de lo que vivo.

Hoy en día, con la fotografía digital, puedo suplir mis carencias o corregir los errores que cometo cuando hago una foto y me permite crear efectos espectaculares que hacen que la fotografía adquiera otro “enfoque”, pero eso si, sin perder nunca la esencia de lo que fotografío.

Una vez más, tengo que agradecer a mi padre el haberme inculcado, aunque seguramente él no lo pretendiese, el amor por este arte que es la fotografía…

Al Sur de la Cara Norte

Circo de Cotatuero y Brecha de Rolan. Fotografía realizada por: Lt (2006)

La cara norte de las montañas suele ser la más dura debido, principalmente, a las condiciones meteorológicas tan adversas que allí reinan. Las caras norte están reservadas a grandes alpinistas, expertos y con experiencia, capaces de afrontarlas con bastantes garantías de éxito, y que aún así, no siempre consiguen llegar a la cima.

Empecé con 8 años a hacer montaña. Un campamento de verano en Ordesa, donde, acarreando una mochila que era más grande que yo, me llevaron a dormir a las planicies que se encuentran por encima de la Cola de Caballo. Aún con esa edad, ya supe apreciar la belleza de todo lo que me rodeaba. Y todo lo que había visto traté de contárselo a Adolfo.

El me escuchó y quiso ver todo aquello que yo le contaba con sus propios ojos, así que, al año siguiente, volvimos a Ordesa, donde nos dejamos picar por eso que llaman “el gusanillo”.

Pasaron los años y Adolfo se empeñaba en volver una y otra vez a Pirineos. Yo entré en la adolescencia y me enfadé con el mundo, como hacen la mayoría de los adolescentes, así que, al principio iba a la montaña a regañadientes, sin disfrutarla. Estaba enfadado con el mundo, y por fin dije que jamás volvería a la montaña. Estaba muy enfadado con el mundo.

Adolfo siguió haciendo montaña, trayendo historias de grandes aventuras que yo escuchaba imaginando como sería aquello, hasta que un buen día se me pasó el enfado y le dije, “me voy contigo”.

A partir de ese momento, hemos vuelto a hacer montaña juntos siempre que las circunstancias nos lo han permitido, y también por separado, en cuyo caso, echábamos de menos al compañero que faltaba.

Llegamos al día de hoy, donde estamos a 4 días de emprender una nueva aventura juntos, donde Adolfo me llevará a descubrir las maravillas que rodean Benasque. Yo sólo conozco El Aneto (que he ascendido en 2 ocasiones) y según me cuenta, hay lugares espectaculares que tengo que conocer.

Por todos estos años de montaña compartida, por todos esos años en los que él insistió en seguir haciendo montaña demostrándome que era algo que merecía la pena, tengo que darle las gracias.

Muchas gracias Adolfo. De todo corazón, muchas gracias papá.

Yo no soy un gran alpinista, ni siquiera un pequeño alpinista… Simplemente me gusta la montaña, las sensaciones que me hace sentir, y con el paso del tiempo intento afrontar retos cada vez mas difíciles, que me dan la posibilidad de mejorar y aspirar a llegar a sitios cada vez más inaccesibles, pero por ahora, me quedo al sur de la cara norte…

Fotografía realizada por: Lt (2007)

martes, 16 de junio de 2009

Una idea que toma forma...

Subiendo al Peñalara desde la Laguna. Fotografía realizada por: Raquel (2009)

Desde pequeñito he convivido con las fotografías y desde bien joven, con sólo 8 años, empecé a disfrutar de las satisfacciones que dan las montañas. A lo largo de los años, ambos mundos, la fotografía y la montaña, se han convertido en aficiones.

Ahora pretendo tener un espacio donde permitir que mis dos aficiones puedan convivir. Llevo tiempo dándole vueltas a la idea de crear un blog, pero nunca llegué a materializar esta idea. Hoy, después de un viaje a Pirineos, esa idea empieza a tomar forma...